febrero 28, 2025
El 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental.
La conmemoración surge a partir de la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972. En la conferencia se expuso la necesidad de contar con criterios y principios comunes para orientar y promover la preservación y cuidado del ambiente. Como resultado, tres años después se firmó la Carta de Belgrado, la cual constituye un marco general para la educación ambiental, donde se establecieron objetivos, metas y principios para la educación ambiental.
La UNESCO describe a la educación ambiental como un proceso participativo que busca construir capacidades en las personas para la identificación de problemas ambientales tanto a nivel global como local. La misma se orienta a comprender las relaciones e interacciones producidas entre el ambiente y las personas, buscando promover una relación armoniosa entre las actividades humanas y la naturaleza, a través de modelos sostenibles de desarrollo.
En 1997, la Conferencia Intergubernamental sobre Educación Ambiental organizada por la UNESCO y el PNUMA tuvo como resultado la Declaración de Tbilisi, la cual establece tres grandes propósitos para la educación ambiental.
De esta manera, la educación se convierte en una herramienta fundamental para el cambio cultural y la generación de conciencia sobre la importancia de cuidar al ambiente.
En el caso de la República Argentina, la educación ambiental es entendida como “un campo de intervención político-pedagógico, que impulsa procesos educativos integrales orientados a la construcción de una racionalidad ambiental. En ese marco, distintos conocimientos, saberes, valores y prácticas ambientales confluyen y aportan a la formación ciudadana y al ejercicio del derecho a un ambiente sano, digno y diverso”. (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible – MAyDS).
El marco normativo que regula la Educación Ambiental en Argentina se compone de cuatro leyes: la Constitución Nacional, la Ley de Educación Nacional y la Ley General del Ambiente, las cuales contemplan a la educación ambiental como un proceso fundamental; y la Ley de Educación Ambiental Integral, diseñada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MAyDS) y el Ministerio de Educación (ME), junto con el consenso de las provincias a través del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA) y el Consejo Federal de Educación (CFE), con el objetivo de promover la educación ambiental e incorporar paradigmas de sostenibilidad a los ámbitos de la educación formal e informal.
La ley entiende a la educación ambiental como un proceso permanente, apoyado en una serie de objetivos, principios y fundamentos básicos. En su artículo 5° establece objetivos de implementación de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral, entre los cuales se destacan:
La educación ambiental es la base fundamental sobre la que construir un futuro sostenible, justo e inclusivo, donde la actividad humana se encuentre en armonía con los procesos y necesidades de la naturaleza. Es a su vez una plataforma para construir conciencia y capacidades e impulsar el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS).
Desde HINS reconocemos el potencial transformador y movilizador de la educación y la capacitación. De esta manera, integramos estos elementos como una herramienta transversal a nuestras actividades, así como un motor para el crecimiento y mejora constante de nuestro equipo, clientes y colaboradores.