Tanto a nivel nacional, como internacional, la semana del 24 de octubre se conmemora como “la semana por la lucha contra el cambio climático”. En este marco, han ocurrido diversos hitos que nos llaman a pensar en el estado del país y del mundo respecto a la ambición de la acción climática, y las proyecciones de mantenernos o no por debajo de un aumento de la temperatura terrestre de 2ºC e idealmente 1.5ºC.
En la esfera nacional, varios hechos han puesto al cambio climático en el centro de la agenda. En el contexto de la “semana por el clima” se ha presentado un esbozo del Plan Nacional de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático (PNAMCC) – instrumento regulatorio que regirá la política climática nacional y sectorial de cara al cumplimiento de los objetivos nacionales de mediano y largo plazo en materia de acción climática -, así como el 4º Informe Bienal de Actualización (IBA) conteniendo el nuevo Inventario de gases de efecto invernadero (INGEI) de la Argentina.
A nivel provincial, Córdoba presentó desde el Ministerio de Servicios Públicos, el “Programa de Reducción y Compensación de Gases de Efecto Invernadero, la primera experiencia piloto de comercialización de unidades de carbono verificadas producto de proyectos de mitigación desarrollados dentro de la Provincia.
Esta subasta busca promover la valorización de reducciones de emisiones de carbono y su posterior utilización por parte de distintos actores en la órbita del Ministerio de Servicios Públicos De la Provincia de Córdoba, para compensar sus huellas de carbono. La iniciativa busca sentar un precedente en la implementación de instrumentos de mercado para la mitigación de emisiones a nivel subnacional.
Todos estos hechos hablan de un contexto orientado hacia la incorporación de la acción climática a la agenda política y la búsqueda por transicionar hacia modelos de desarrollo sustentables y bajos en carbono. Sin embargo, la falta de ciertos elementos clave como:
Objetivos de mitigación ambiciosos y alineados con un aumento no mayor a 2ºC de temperatura,
Una “Estrategia de Desarrollo con bajas emisiones a Largo Plazo” (LTS por sus siglas en inglés) – que debía ser presentada el año pasado pero aún no se encuentra finalizada, y
Planes Provinciales de Acción Climática, en consonancia con lo estipulado en la Ley Nacional de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático Global (Ley 27.520)
Nos llaman a repensar la verdadera sinergia, ambición y efectividad de la política climática nacional, en vistas a un largo camino aún por recorrer en materia de adaptación y mitigación del cambio climático.
Esta situación que vive hoy Argentina es una realidad compartida por la gran mayoría de países. De esto da cuenta el reporte presentado el pasado 26 de octubre por la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC); donde se analizan los compromisos asumidos por los 193 países que forman parte de este organismo, reflejados tanto en sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC) como en sus LTS.
De acuerdo con el reporte, los objetivos de mitigación presentados hasta el día de la fecha, no son suficientes para limitar el aumento de la temperatura a 1.5ºC. Se estima que en la trayectoria actual, aún si se cumplieran todos los objetivos asumidos, la temperatura promedio de la tierra sobrepasaría los 2.5ºC de aumento – respecto de los niveles preindustriales – hacia final de siglo (CMNUCC, 2022).
De la misma manera, el análisis de los compromisos de mediano plazo – aquellos seteados para el año 2030 – muestra una proyección de aumento de las emisiones en un 10.6% respecto a los niveles del año 2010 (CMNUCC, 2022).
Esto marca una brecha de emisiones respecto a lo que la ciencia estima que deberíamos estar reduciendo para lograr los objetivos del Acuerdo de París. De acuerdo con el informe presentado a inicios del 2022 por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), las emisiones de GEI aún deben reducirse en un 43% para 2030. Esto es fundamental para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura a 1.5ºC para fines de este siglo y evitar los peores impactos del cambio climático.
“La tendencia a la baja en las emisiones esperadas para 2030 muestra que las naciones han logrado algunos avances este año” […] “Pero la ciencia es clara y también lo son nuestros objetivos climáticos en virtud del Acuerdo de París. Todavía no estamos cerca de la escala y el ritmo de reducción de emisiones necesarios para encaminarnos hacia un mundo de 1,5 grados centígrados. Para mantener vivo este objetivo, los gobiernos nacionales deben fortalecer sus planes de acción climática ahora e implementarlos en los próximos ocho años”.
– Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de Cambio Climático de la ONU
Este contexto llama a abordar de manera urgente modelos de desarrollo sustentables y bajos en emisiones que contemplen la transición energética hacia fuentes renovables, la electrificación en el transporte, la neutralidad de carbono en la industria y la agricultura regenerativa, como pilares fundamentales para lograr estos objetivos.