El reciente hito del 17 de noviembre, cuando la temperatura global superó por primera vez los 2°C respecto a la época preindustrial, subraya la urgencia de la situación climática. Aunque este evento es un récord de días específicos y no refleja el calentamiento medio a largo plazo, representa una clara advertencia de que los límites establecidos en el Acuerdo de París están cada vez más cerca de ser rebasados. En la siguiente imágen se puede observar la Anomalía diaria de la temperatura global del aire en superficie para 1940-2023 con referencia al período preindustrial 1850-1900.
El Acuerdo de París, firmado por casi 200 países en 2015, establece el objetivo de mantener el aumento de la temperatura media global muy por debajo de 2 °C, con esfuerzos adicionales para limitarlo a 1.5 °C. Sin embargo, los registros del viernes 17 y sábado 18 de noviembre del presente año demuestran que estos límites están bajo una amenaza inminente. Las anomalías de la temperatura media en el hemisferio norte que se dan cada vez con mayor frecuencia, contribuyen a este fenómeno, agravando el calentamiento global ya presente debido a las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los datos indican que la necesidad de acción es imperativa. Para alcanzar nuestros objetivos climáticos, debemos acelerar significativamente la implementación de acciones en múltiples áreas. Algunas de las principales recomendaciones incluyen el aumento drástico en la expansión de la energía solar y eólica, buscando alcanzar el 24 por ciento anual en la generación de electricidad para 2030. Asimismo, la eliminación progresiva del carbón en la generación eléctrica debe acelerarse siete veces más rápido. La expansión de la infraestructura de tránsito rápido y la reducción de la deforestación también necesitan un impulso significativo. Igualmente, el cambio hacia dietas más saludables y sostenibles, con bajo consumo de carne deben ser impulsadas en todos los niveles.
Por su parte, un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advierte que el planeta se dirige hacia un aumento de la temperatura media global de 2,5 °C. El IPCC enfatiza la necesidad de reducciones profundas y rápidas para limitar el calentamiento. A corto plazo, se espera que el calentamiento global supere los 1.5 °C en esta década, con consecuencias graves para la salud humana, la biodiversidad y la producción de alimentos. Las consecuencias inmediatas incluyen un aumento en la mortalidad y morbilidad relacionadas con el calor, eventos climáticos extremos y pérdida de biodiversidad. A largo plazo, se esperan impactos más severos en el ciclo global del agua, el aumento del nivel del mar y la intensificación de fenómenos climáticos extremos.
Los desafíos de la COP 28
A un día de que inicie la COP 28, la comunidad internacional enfrenta un llamado crítico a la acción en la próxima cumbre del clima, reconociendo la necesidad de medidas audaces y sostenidas para abordar la crisis climática y evitar consecuencias irreversibles para nuestro futuro colectivo.
El llamado a la acción es claro: debemos intensificar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, acelerar la transición a fuentes de energía renovable y adoptar medidas concretas para preservar la biodiversidad y proteger nuestro planeta, estableciendo un robusto plan de acción que incluya a todas las partes. En un escenario de tensiones geopolíticas entre bloques, la urgencia de esta tarea no puede ser subestimada, y el consenso entre naciones tiene un papel fundamental.
En este contexto, será fundamental asegurar el financiamiento climático necesario para cumplir con los objetivos de mitigación y para responder a las necesidades de los países en materia de adaptación. Los países desarrollados deben aumentar el flujo de recursos financieros hacia los países en desarrollo, garantizar que el financiamiento sea accesible y oportuno, y alinearlo con los objetivos climáticos.
En adhesión a ello, la implementación del fondo creado en la COP27, destinado a compensar las pérdidas y los daños sufridos por los países en desarrollo, especialmente vulnerables a los efectos del cambio climático, será otro punto clave a tratar en la próxima cumbre del clima.
El futuro de nuestro planeta depende de las decisiones que tomemos hoy. Es momento de unirnos en un esfuerzo global, trascendiendo fronteras y diferencias, para construir un futuro sostenible y preservar la habitabilidad de la Tierra para las generaciones venideras. El tiempo para la complacencia ha llegado a su fin, y la ventana para evitar consecuencias irreversibles se está cerrando rápidamente.
Desde HINS abogamos por la aceleración de la transición energética, el desarrollo de iniciativas que promuevan la descarbonización y la implementación de estrategias de desarrollo sostenible. En el marco de la COP 28, el contexto climático exige de mayores compromisos entre naciones, de manera que funcionen como incentivos positivos para el diseño e implementación de políticas y acciones de articulación público-privada a nivel local. Es tiempo de reducir nuestras emisiones y trabajar hacia un mundo donde nuestras acciones no agoten los recursos finitos del planeta.
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