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DENGUE Y CHICHARRITA DE MAíZ: SíNTOMAS DEL CAMBIO CLIMáTICO. ¿CóMO SE RELACIONAN?

Dengue y Chicharrita de maíz: síntomas del cambio climático. ¿Cómo se relacionan?

Dengue y Chicharrita de maíz: síntomas del cambio climático. ¿Cómo se relacionan?

En la actualidad, estamos siendo testigos de un preocupante aumento en la aparición y proliferación de vectores y plagas en Argentina y la región. Este fenómeno plantea desafíos significativos para la salud pública, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico. En este contexto, es importante comprender cómo las alteraciones en los patrones climáticos están creando condiciones cada vez más favorables para la reproducción y propagación de estos organismos.

Dengue

Entre los efectos adversos del cambio climático se encuentra el favorecimiento de las condiciones para el desarrollo y aumento de la población de mosquitos, particularmente el Aedes, conocido por transmitir enfermedades como el dengue, el cual prospera en climas tropicales y subtropicales. El incremento de las precipitaciones y las temperaturas, junto con la humedad resultante, crea condiciones ideales para que el mosquito se reproduzca y se multiplique, lo que correlaciona directamente el cambio climático con un aumento en la distribución geográfica del dengue, el cual ya es un serio problema en nuestra región.

Chicharrita de maíz

Argentina, ha enfrentado los efectos de la sequía en la campaña agrícola 2022/2023, resultando en una cosecha de maíz notablemente reducida. Aunque se anticipaba una recuperación para esta campaña, la aparición de la plaga de la “chicharrita de maíz” ha obstaculizado dicho proceso, evidenciando un impacto significativo en la producción de maíz en el país, representando un desafío adicional.

La chicharrita del maíz (Dalbulus maidis) es un insecto que actúa como vector de una enfermedad causante del «achaparramiento del maíz», lo que resulta en significativas pérdidas en los rendimientos de los cultivos. Si bien las condiciones óptimas para su desarrollo son en zonas tropicales, en los últimos meses, las altas temperaturas han provocado un inusual desplazamiento del insecto desde el norte hacia la zona centro y sur, afectando gravemente las áreas de producción de maíz. Este fenómeno se vuelve aún más problemático debido a la tendencia creciente de siembras tardías, favorecida por la demora en las lluvias.

De acuerdo a un informe del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se espera que el cambio climático conduzca al mantenimiento de áreas muy favorables para la presencia de esta chicharrita en nuestro país.

Mitigación y adaptación para la acción

En este contexto de desafíos climáticos en aumento, la mitigación y adaptación se vuelven más urgentes que nunca. Resulta imperativo que, desde diversos sectores, nos comprometamos a desarrollar y aplicar estrategias efectivas para hacer frente a los impactos del cambio climático. Esto incluye medidas como restaurar y conservar ecosistemas naturales, fortalecer la planificación urbana y la gestión integrada de recursos hídricos, promover prácticas agrícolas sostenibles y fomentar la conciencia pública sobre la importancia de la conservación y la gestión responsable de nuestros recursos naturales. Además, es crucial tomar medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, abordando así la raíz del problema del cambio climático.

Solo a través de un esfuerzo colaborativo y acciones concertadas podemos enfrentar estos desafíos que, lamentablemente, serán cada vez más frecuentes si no actuamos de manera decisiva y colectiva. La adaptación al cambio climático no es solo una necesidad, sino una oportunidad para construir un futuro más resiliente y sostenible para las generaciones venideras.